lunes, 6 de octubre de 2008

Maestro Interior

La Gran Enseñanza





Un renombrado maestro de Zen decía que su enseñanza más grande era ésta: Buda es tu propia mente.



Tan impresionado por cuan profunda era esta idea, un monje decidió dejar el monasterio y retirarse al yermo para meditar en este pensamiento.



Allí pasó 20 años como un ermitaño, sondeando la gran enseñanza.

Un día se encontró con otro monje que viajaba a través del bosque. El monje ermitaño rápidamente se enteró de que el viajero también había estudiado con el mismo maestro de Zen. “Por favor, dígame lo que usted sabe de la más grande enseñanza del maestro”.



Los ojos del viajero se iluminaron, “ah, el maestro ha sido muy claro sobre esto. Él dice que su enseñanza más grande es ésta: Buda no es tu propia mente”

Este conocido cuento zen, me ha hecho reflexionar, sobre un acontecimiento acaecido recientemente en uno de mis entrenamientos de Iaido (El arte de desenvainar y cortar o matar a tu oponente de un solo y certero tajo),
arte que bajo las enseñanzas de mi maestro practico siempre que me es posible como complemento a mi práctica de aikido, y evidentemente no con la intención
con la que su nombre lo define, sino con el fin de mejorar el arte que es mi Do principal, puesto que es conocido, por todos los iniciados la herencia recibida del sable, en el arte de O'Sensei.
El hecho odría parecer trivial, pero a mi me dejó un hondo pesar, que me decidió a exponerlo al universo, puesto que ademas enlaza con otra situación que actualmente me encuentro viviendo a nivel familiar.
Aconteció que mientras me encontraba realizando una kata recibiendo las correcciones de mi maestro, en mi interior se desarrollaba una lucha por seguir estrictamente su voz, y el deseo interno de olvidarme de lo que decía, y centrarme exclusivamente en como superar la rigidez que no me permitía concentrarme en realizar los cortes perfectos.
Pero este no era el principal problema, porque simplemente se lo podría haber trasladado al maestro, y se que habría obtenido la respuesta a mis dudas.
Mi cuita en aquel momento era que realmente no me estaba importando nada de lo que decía,, centrado en mis sensaciones internas aunque aparentemente seguía sus indicaciones.
Para mas Inri, tras comentarle mi preocupación a mi Hermano Zorro, me respondió que le parecía grave esa falta de interés, por seguir estrictamente las directrices del Maestro, y no poder olvidarme de mi mismo.
Sirva como ejemplo el cuento zen con el que abro esta entrada y para ilustrar algo sobre lo que siempre he oido y leido desde que llevo en el mundo de las artes marciales, referente a que llegado el momento, el único maestro está en tu interior. ¿O no?.
Quiero decir, ¿Como es posible saber que ha llegado ese momento?
¿Realmente es cierto que en el momento apropiado solo debes seguir al maestro que vive en tu mente, olvidandote del que te ha iniciado en el Do?
¿O lo ideal es seguir el camino "acomodado" entre ambos?
Esta situación me preocupa especialmente porque ademas es paralela, a la situación familiar en la que me encuentro, en al que existe una ruptura entre mi familia de nacimiento y la que yo he creado con mi pareja y mi futura heredera en el camino (!Espero!).
Por una cuestión de malentendidos y orgullo sin sentido, en el que mi parte de culpa es la de haber sido el mensajero entre ambas partes, me encuentro en un impass, en el que esperando que las aguas vuelvan a su cauce por si mismas, porque desde luego eso sería lo mas zen que podría hacer, la acción de la no acción, siento que no estoy tan maduro espirirtualmente como para no hacer nada.
De hecho, he tratado de realizar algun acercamiento entre ambas partes.
Eso sí, esta vez he decidido matar al mensajero, y si así lo deciden, que sean ellas quienes se entiendan.
En paralelo con mi vida marcial, tengo, las mismas dudas.
¿Debería tratar a toda costa de unir de nuevo las dos partes de la familia, tan importantes para mí, la una como la otra?.
También en este momento siento que no tiene importancia para mí tomar determinación alguna al respecto, y eso me entristece aún mas.
¿Tal vez debiera dejar que las aguas tomen el cauce que deban tomar por si mismas, y no volver a intervenir suceda lo que suceda?
No lo sé, solo soy un ignorante ser humano, no un ser iluminado.
"El guerrero sonríe pero no intenta sentir cosas que ya no siente ahora. El esta cambiando, y quiere que sus sentimientos lo acompañen"
M.G.L de Paulo

3 comentarios:

kokiujo dijo...

por fuerte que la montaña sea, el agua siempre se habre camino entre ella hermano oso, no te esfuerces en retener el agua, deja que fluya, ella sola retomara su verdadero cauce

un besote, estoy contigo

Anónimo dijo...

Al maestro Hayashi abad no le inquietaba el temor de no lograr su proposito o el deseo ambicioso de cnnseguirlo encima de todo..

ana dijo...

Mi maestro siempre dice...teneis que sentir...teneis sentir cada movimiento, cada musculo, cada respiracion....sentir.....es asi y de simple y asi de complicado.
Para sentir eso, he de dejar de sentir a mi maestro, no veo la gravedad por ningun sitio,es mas cuando lo consigo,se que el trabajo esta bien hecho.(seguramente en lo tecnico no sea perfecto,pero conseguir hacer una kata en un estado de concentracion como ese creo que es un gran paso y la sensacion es unica!!!)desde la poquita experiencia que tengo es mi humilde opinion.

No se si ha llegado el momento de seguir tu maestro interior,lo que tengo claro es que jamas puedes olvidar al que te ha puesto en el camino, porque cada vez que inicies un movimiento estaras inciciando el que te enseño tu maestro.Si es esta tu hora,adelante,nunca habra abandono y muchisimo menos habra olvido.

Espero que te sirva!!!
sobre el tema de la familia..ufff me gustaria tenerlo tan claro.
Animo!!!