miércoles, 30 de enero de 2008

Mi evolución -Negro....

Si. Negro, shodan, 1º Dan.....
Y entonces se me planteó la gran pregunta que aún hoy en día, ya Nidan, se me sigue planteando.
¿Y ahora qué?.
Me siento de nuevo como, cuando pasé de blanco a amarillo, me costó tanto esfuerzo, que cuando lo conseguí llegue a pensar que ahí acababa mi camino, mi Do, y apenas estrené mi cinto amarillo me dí cuenta que solo había dado el primer paso.
Me siento de nuevo de esa manera.
A pesar de que ya tengo asumidas las técnicas, y a pesar de que yá mi mente esta
liberada de tener que relacionar nombre de técnica con movimiento, me siento de nuevo como aquel amarillo, y cuando estrené mi cinto negro, orgullosamente, el primer día mostrado con alegría a familia y amigos (¿Recuerdas hermano zorro?), el primer día de entrenamiento, sentí que caía todo el peso de la responsabilidad, sobre mis espaldas.
Me sentía observado, por el maestro y por los compañeros, tanto los sempais como los kohais,
Hoy ya no siento esa presión, pero es ahora cuando apenas empiezo a vislumbrar los principios que verdadermente dan sentido al arte marcial.
Ya no me preocupa el imitar correctamente y como un mono los movimientos del sensei
Ahora trato de observar , trato de sentir y percibir la esencia que hay detras de cada movimiento, ese detalle sutil, que es lo que realmente le da vida y efectividad a la técnica, al movimiento de dominio y actitud.
Digamos que me encuentro en los albores del tránsito entre la forma de aprendizaje occidental y la forma de aprender y sentir el Budo por el espíritu oriental(japonés en este caso) . Ya sé que esto, pueda parecer una paradoja, porque de todos es sabido que el método japonés consiste en repetir un movimiento hasta la saciedad, durante horas, días, semanas, meses, años.....hasta el infinito.
Sin embargo. lo que les distingue de nosotros es el trabajo interior que hacen desde el primer día, fruto y herencia de una cultura de miles de años en la que el aprendizaje marcial estaba relacionado directamente con el camino espiritual, y ese camino solo se puede recorrer de manera interior.
Probablemente, uno de los caminos espirituales que el sincrético pueblo japones ha adoptado más como propio junto con el sintoismo, y en un principio el animismo, es el budismo zen, la filosofía o religión, generalmente aceptada, como más relacionada con las artes marciales.
Una de las formas de practicar la meditación, via fundamental de esta forma de vida es con la ayuda de mantras que se repiten hasta el infinito, y mi visión particular (y humilde por cierto)es que las escuelas de artes marciales usan la repetición de la misma técnica como si de un mantra se tratase.
Para conseguir un estado elevado de conciencia, y hacerse uno con la tecnica , de manera que en la situación apropiada salga espontáneamente, con la mente y el espíritu liberados de todo deseo, duda, ó temór.
Aunque también pienso que la técnica en sí, no es sino la culminación de una serie de principios que son los que le dan sentido como el ma-ai, de -ai, actitud correcta, zanshin, etc, y los cuales al principio solo se asumen por la imitación del movimiento y llegado el momento apropiado( que és en el que yo me encuentro ahora , por la percepción del fondo y dejando aparte la forma !Bueno!!Al menos eso trato!)
Esta reflexiones y sentimientos que acabo de plasmar, quiero que sean como un prólogo a los textos que le han precedido con el mismo título, pero nó a un maravilloso camino que apenas acabo de iniciar y que espero no dejar nunca de recorrer hasta que la Parca me lleve consigo.
"El guerrero de la luz muchas veces se desanima.
Siente que nada consigue despertar la emoción que deseaba. Muchas tardes y muchas noches debe permanecer manteniendo una posición conquistada, sin que ningún acontecimieno nuevo le devuelva el entusiasmo.
Sus amigos comentan: "Tal vez su lucha haya terminado".
El guerrero siente dolor y confusión al escuchar esos comentarios porque sabe que aún no llega hasta donde quería. Pero es obstinado y no abandona lo que había decidido hacer.
Entonces, cuando menos se lo espera, una nueva puerta se abre."
"Manual del guerrero de la luz".Gracias por tu sabiduría maestro Coellho.

martes, 29 de enero de 2008

Mi evolución -Marrón-

¿El principio del fin ? ó ¿El fin del principio? Cuando el maestro en su magnanimidad te concede el uso del cinturón marrón y del símbolo del guerrero samurai como es la hakama si tu desarrollo personal no ha seguido un camino paralelo a tu evolución técnica puedes llegar a pensar que has llegado al final.
Que lo sabes todo.
Que eres uno de los elegidos.
Pero Cristo dijo a sus discípulos "Muchos serán los llamados y pocos seran los elegidos". Y por otra parte como diría el clásico griego "Yo solo sé que no sé nada"
Por todo esto cada vez que el sensei menciona que el examen para la obtención del 1º Dan, está próximo para unos pocos, me tiemblan las piernas.
Y no por el examen en sí, puesto que de este ya he tenido unos cuantos, ya que cada pase de grado es un ensayo para la gran prueba final-
¿O no lo és?.
Quiero decir, si refelexionamos sobre lo que un verdadero aikidoka debe demostrar en este momento de su camino, he llegado a la conclusión de que la técnica es importante, puede que cometa algunos fallos de base, que intento pulir con más ahinco, precisamente fijándome y trabajando con los grados"mas bajos", pues ellos te hacen ver tus verdaderas lagunas en la técnica.
Pero cuando verdaderamente me surgen las dudas es cuando me paro a pensar, si todos los aspectos del noble arte marcial, como son la técnica, la actitud, el dominio, y los valores humanos, han ido paralelos en su desarrollo.
Por todo ello pienso que es ahora cuando realmente comienza mi verdadero camino.
Y que estoy seguro que me llevará el resto de mi vida.
Sin embargo también he aprendido que el verdadero guerrero muere con la espada en la mano.
En cierta ocasión poco antes de fallecer, le preguntaron a O Sensei, cual iba a a ser su próximo proyecto, y el respondió "Seguir entrenando"

lunes, 28 de enero de 2008

Mi evolución -Azul-

Quizá mi época más feliz como aikidoka.Creo que fué el mejor examen que hice. Bueno, todo esto corroborado por el mejor amigo que he tenido en los últimos tiempos y que le conocí gracias al aikido.
Todo esto me trae a la mente un concepto, que en mi vida parecía desterrado hacía tiempo.
LA AMISTAD.
El compañerismo sin interés, sin cortapisas.
La vida es Yin y Yang. Tecnicamente a veces tenía la impresión de haber comprendido el todo, lo esencial, pero a continuación el maestro me hacía poner los pies en tierra.
Pero también esa es labor del maestro, pulirte en lo que vas aprendiendo. y bajarte de las nubes cuando has leido demasiados libros de caballerías.
Y la amistad también es así. Un verdaderro amigo te anima, te aplaude y te impulsa hacia adelante en los momentos bajos. Sin embargo también te hace ver las cosas claras, eso si con el mayor tacto del mundo.
Debo hacer una mención especial a la otra persona, que mas me ha apoyado en los buenos y malos momentos de mi camino, mi pareja.
En mi evolución personal ha tenido una gran importancia el aikido y su filosofía. Ya que al mismo tiempo que voy aprendiendo la gran importancia del concepto de ACTITUD en el combate, me ha hecho entender la necesidad e importancia de mantener buenas relaciones con el ambiente que te rodea, en pareja, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con la familia, y con todo el particular universo que nos rodea.
Por desgracia, en mi oficio, muchas veces es imposible, para una persona como yo,cuyo desarrollo espiritual es muy incipiente, darle menos importancia a la parte de arte de defensa, que al concepto de serenidad y autocontrol, pero creo que eso también caracteriza al guerrero, el combate, el buén combate, como diría mi estimado y admirado Paulo Coellho en su magnífico "Guerrero de la Luz", ( que como ya he comentado en alguna ocasión, es mi BUSHIDO particular), contra mis propios defectos.

sábado, 26 de enero de 2008

Mi evolucuón -Verde-

Llegados a este punto es cuando se produce un alto en el Do.
Ese momento de la técnica, cuando todo se trasciende, cuando en un instante, en una fracción infinitesimal de tiempo y espacio crees poder vislumbrar algo de lo esencial. Y en este caso me refiero a uno de los puntos centrales de la enseñanza del maestro.
LA ACTITUD.
¿Que es la actitud?.Según lo que mínimamente pude entrever ,la actitud como concepto es muy amplio,pero referente al maravilloso arte que practicamos y a las artes marciales en general, tiene muchosa significados.
La actitud en la técnica, es guardar un buén ma-ai, la distancia en la que se genera otro de los puntos vitales de la enseñanza del sensei, el dominio.
Generar una actitud correcta significa también no perder nunca de vista el entorno que te rodea, aunque a tu atacante le tengas dominado, puesto que nunca sabes de donde te puede venir el próximo ataque.
La actitud significa hacer comprender al agresor, que de no desistir en su actitud, el mismo se aboca al desastre, a la humillación, a la sumisión....
Trasladando este concepto a la vida cotidiana que finalmente , y en mi humilde opinión debería ser, lo,que nos debería interesar a la mayoría de practicantes del noble arte, significa mantener la educación, la cortesía y los valores humanos en cualquier situación de la vida, tanto social como laboralmente.
Esto entronca perfectamente con el ideal del código de conducta del samurai, EL BUSHIDO. Código que trasladándolo a las características de nuestros tiempos intento aplicar día a día.

viernes, 25 de enero de 2008

Mi evolución -Naranja-

Nuevamente supuso un acontecimiento importante en mi vida, el pase de grado, esta vez debido al duro e intenso entrenamiento, al que en muchas ocasiones, superando la batalla contra la pereza, (y por otra parte gracias a la magnanimidad del maestro con los alumnos a los que percibía como constantes y voluntariosos), me sometía casi a diario.
Me viene a la mente un ejercicio, del cual se decía que O´Sensei Ueshiba, practicaba antes de cada entrenamiento, que consiste en realizar un corte con el bokken a los ocho puntos cardinales.
Cada punto cadinal representa un defecto del ser humano, y yo en aquella época solo era capaz de realizar el corte hacia el norte sin equivocarme. Pero en mi interior el norte representaba la pereza, un demonio contra el cual luchaba con la katana de la ilusión, el jo de la constancia, y el tanto de la esperanza.
Ilusión por seguir mejorando dia a dia, por sentirme integrado en el equipo de buenos aikidokas que me rodeaban, (por otra parte debo decir , que eso hoy en día, ya no tiene importancia para mí, puesto que como muchas veces dice mi maestro, solo debo entrenar para mí, sin fijarme en los demas, y siguiendo sus indicaciones , y no la de tantos "maestrillos", que me rodean)
Constancia para no perder ninguna oportunidad de labrar mi técnica y mi espíritu.
Esperanza de llegar a ser un día un buén aikidoka y una buena persona.
Nunca pretendí llegar a ser un buén maestro, puesto que creo que no tengo madera para ello, pero con lo anterior me conformo.(Actualmente si el maestro me pide que le sustituya en alguna clase, me limito a intentar resolover las dudas de mis compañeros con la mejor de las voluntades, y si algo yo mismo no soy capaz de realizar, cuento con la colaboración del resto de los compañeros, puesto que mientras siga siendo alumno de mi sensei no tengo autoridad moral ni capacidad de enseñar nada a nadie).
Por otra parte , fué un tiempo en el que intenté realizar el ideal de caballero andante del Japón medieval, del samurai, puesto que de alguna forma, por mi profesión, me sentía a veces identificado con él. A veces incluso para mal.
Pero así es la vida, Yin y Yang (Ten-chi, cielo y tierra).

jueves, 24 de enero de 2008

Mi evolución -Amarillo-

Aquella fué una época de ilusión renovada. Gracias a la generosidad de mis sempais, y por indicación de mi sensei, estoy seguro, de que se me concedió el pase de grado. Eso me supuso una inyección de moral muy importante, pues a pesar de que llevaba mi fuerza de voluntad al límite para seguir entrenando pensaba que nunca saldría de ese bache. Pero recuerdo con especial
cariño esa época porque supuso un cambio muy importante en todos los aspectos de mi vida.
No solo como aikidoka sino a nivel personal. Conocí a la persona con la cual comparto actualmente mi vida, (y que me ha dado una hija maravillosa).
Mi vida profesional comenzó a estabilizarse. Cosidero que el trabajo no hace a la persona, pero es un pilar muy importamte.(actualmente he cambiado de opinión, porque como dice mi buén amigo y compañero de armas , hermano zorro,"Yo quiero un empleo, no un trabajo")
Un trabajo que se adecúe a las caracteristicas de cada ser humano.
En el plano psicológico y espiritual se comenzo a fraguar un cambio muy importamte en mí.
Como ya he comentado anteriormente traté de llevar la filosofía del aikido a todo lo que hacía. A veces lo conseguía y a veces no. Pero la vida diaria era era como un entrenamiento.
Las circustancias que se me presentaban cada día eran como el maestro que te señalaban la técnica a realizar, el reto a superar.
El entorno de personas que me rodeaban eran mis ukes.
Aquellos compañeros de entrenamiento con los cuales llegar a materializar el ideal del aikido, la armonía.(Hoy en día aún sigo intentandolo, con el mismo éxito de entonces , es decir, poco)
Y debo de decir que cada vez que lograba solventar algún problema, me sentía como el samurai que había ganado la batalla limpiamente.
De hecho comencé a sentirme como el ideal del guerrero, que todo aquel que practica un arte marcial japonés, se siente reflejado , el samurai.
A veces para bién y a veces para mal, pero siempre con la mejor voluntad

miércoles, 23 de enero de 2008

Mi evolución -Blanco-

Aquello era el caos, aunque maravilloso a la vez. Era incapaz de coordinar un pie con otro, una mano con un pié, una mano con otra con otra mano.
Debo agradecer al maestro, que entonces tuve, la paciencia que tuvo conmigo, aunque por circustancias de la vida, sobre todo profesionales, no podía entrenar todo lo que hubiese querido y necesitado.
Tras dos años de discontinuos entrenamientos, tuve que empezar casi de cero, con mi actual maestro.
Técnicamente creo que fuí el peor cinturón blanco que he conocido, porque actualmente observo a los grados "mas bajos",e incluso ellos coordinan mejor de lo que yo lo hacía en aquella época. Aunque hay algo en lo,que si me puedo equiparar a ellos, la ilusión, y eso si que no me lo puede quitar nadie. Ese fue el motor que me impulsó aquellos tres primeros años de blanco. Aquí debo mencionar a un buén amigo ( el mejor), con el que a veces recordamos esos tiempos y bromeamos diciendo quer fuimos cinturones blanco y amarillo 2º y 3º dan.(Saludos hermano zorro).
Incluso el primer año que entrené con mi actual maestro, si no hubiera sido por esa ilusión y sed de superamiento, hubiese tirado la toalla varias veces.
A pesar de que al sensei hoy en día, no lo cambiaría por nadie, en aquella época me llevó al limite y a veces me superaba.
Pero fué también en aquella época cuando comenzó mi transformación como aikidoka y como persona. me empezó a interesar el mundo que rodeaba, y la cultura de la que provenía el aikido. Sus raíces, sus valores y la filosofía sobre la cual su fundador O'Sensei Ueshiba lo creó.
Comencé a investigar y debo decir que mi hambre de conocimiento, y falta de tiempo para entrenar fue la que me llevó a adquirir toda la literatura que actualmemnte poseo sobre el tema.
Como decía antes, paralelamente, a la evolución técnica comencé a experimentar una evolución personal, de de actitud, de caracter, emocionalmente, que aún hoy en día, continúa su Do, su camino.

martes, 22 de enero de 2008

Mi evolución -El principio-

Tras darle vueltas durante algún tiempo, finalmente me he decidido a compartir con el universo, una serie de pensamientos , sentimientos y reflexiones que tuve que plasmar por escrito en un trabajo que mi sensei, nos encargo realizar a todo el grupo de compañeros, de manera individual, claro está, como complemento al examen de shodan (cinturón negro).
Por supuesto le he pedido permiso al maestro puesto que aunque la autoría y propiedad intelectual sean mías ,podría decirse que moralmente le pertenecen.
Podría decirse que estos textos son los que iniciaron mi interes y necesidad de dejar constancia de mis vivencias intimas relacionadas, con el nacimiento de mi guerrero interior.
En realidad, supongo que simpre estuvo ahí, pero esto lo despertó de su letargo. y así comienza.

Nuevamente lo ha conseguido. Cuando ya pensaba que era imposible poner el listón mas alto, lo ha vuelto a hacer. Naturalmente me refiero a la habilidad de mi sensei, mi maestro, para ponerme en aprietos y sacar lo mejor de mí a traves de una bién calculada presión.
Esta vez no se ha limitado a llevarnos al límite física y tecnicamente, hasta dejarnos exhaustos. Ahora pretende ahondar en la profundidad de nuestra mente y nuestra alma como personas y aikidokas.
En fin supongo que esta es la misión, la labor, de un autentico maestro, formarnos en todos los frentes de batalla, ejerciendo la función de los antiguos maestros de armas y líderes epirituales en una sola persona.
Nos pide que realicemos un trabajo escrito, en el cual desnudemos nuestra alma ante él.
Realmente es la primera vez que me enfrento a un reto de tales características, y no se por donde empezar.
Aunque pensandolo bién y como diría aquel, lo mejor sera empezar por el principio.
Puedo asegurar que recuerdo mejor ,casi mejor, la primera vez que oí hablar del aikido, que la técnica que he estado entrenanado esta mañana.
Mi familia había sido invitada a una boda, y tras la comida entre el bullicio y la alegría reinante, típica en este tipo de celebraciones, mi hermana mayor y yo empujados por los vapores del alcohol, comenzamos una pelea cariñosa.
Una de esas peleas entre hermanos, en la que el más debil, en este caso mi hermana, termina picándose , y tras recibir un golpe del que estoy eguro le dolió más el orgullo que el brazo atacado, me dijo que iba a aprender aikido, un arte de combate , del cual le habían hablado unos amigos, y en el cual la fuerza no tenía importancia.
Ironías de la vida, ella nunca lo llegó a practicar, pero puso en mi la semilla de la curiosidad, que me llevaría años mas tarde a comenzar su práctica.
Aquello fué hace veinte años ( ahora veintitres). Entonces yo contaba con quince.
Con el transcurrir de los años, he practicado diferentes deportes como remo , rugby, etc. todos ellos han dejado una huella en mí y evidentemente un buén fondo físico.
Pero con quince mis padres no me permitieron practicar ningún tipo de arte marcial, por temor a que no pudiera adaptarme a las exigencias de este tipo de prácticas, debido a mí único handicap físico, la vista.
Finalmente , contando ya con treinta años, ya independizado de mis padres, comencé a trabajar en el sector de seguridad privada y decidí que ya era hora de liberarme de ataduras.
Comencé a investigar que tipo de arte marcial me sería mas coveninete por mi trabajo y por mi limitación física.
Y nuevamente me hablaraon del aikido, y de nuevo recorde aquella "pelea" con mi hermana. Viviendo en mi localidad natal me hablaron de un escuela de aikido, que fué "mi primera novia", y la que recuerdo con cariño porque fué donde me inicié.
Aunque "mi verdadero amor", es mi actual escuela, porque en ella es donde se ha gestado la transformación que he experimentado como persona, aikidoka e incluso como profesional.
Trataré de equiparar mi evolución comparandolo con un pase de grados, y en cada nuevo grado, intentaré relatar lo más signifivcativo de aquella epoca.